LA PIEDRA DEL TECUÁN (LEYENDA)



En la comunidad de Atotongo, municipio de Ixcapuzalco, Guerrero, hay una piedra a la que los lugareños le llaman “la piedra del Tecuán”, y ésta es su historia:

Cuentan que hace muchos años existió un rey chontal por las regiones de Ixcapuzalco y Teloloapan, quien era muy poderoso. Éste tenía tres hijas muy hermosas en edad de casarse, pero como para él no había nadie en la región que fuera digno de casarse con ellas, decidió ir a buscarles pareja a algún reino cercano, por lo que envió emisarios a distintos reinos con el fin de encontrarles pretendientes.

Sus emisarios regresaron con la noticia de que en un reino vecino que se encontraba en lo que es el actual Estado de México, había un rey mexica que tenía tres hijos varones, y que éste aceptaba casar a sus tres hijos con las hijas del rey chontal. Éste se puso muy contento con la noticia, pues esto les permitiría a ambos reyes aumentar sus riquezas y su poder con la unión de los dos reinos.

Así lo hicieron, y acordaron una fecha para la triple boda. Pero llegado ese día sólo dos hijos de ellos aceptaron casarse, pues los hijos más jóvenes de cada uno de los reyes no querían casarse, sólo deseaban ser muy buenos amigos y nada más. Sus padres insistieron y los amenazaron, pero ellos se mantuvieron firmes en su decisión. Entonces los reyes decidieron encerrarlos, sin darles comida, para así obligarlos a casarse.

Los jóvenes resistieron varios días esta situación, hasta que ayudados por unos fieles sirvientes lograron escapar y emprendieron la huida juntos. Y así tomados de la mano empezaron a caminar a través del camino que los conduciría al reino vecino de Mexicapán, ubicado en lo que ahora es la ciudad de Teloloapan. No bien habían caminado unos cuantos kilómetros cuando su huida fue descubierta y los empezaron a perseguir. Los padres de ambos jóvenes en su desesperación y llenos de ira, los maldijeron renegando de ellos, y al instante quedaron convertidos en piedra, como resultado de la maldición de sus padres.

Estas estatuas de piedra hasta hace poco aún estaban a orillas del poblado de Atotongo, pero al parecer los lugareños las han destruido, quedando sólo la leyenda.

A estas piedras se les conoce como “las piedras del Tecuán” porque, en interpretración desde el idioma español, la hija del rey chontal se llamaba “Teodora” y el hijo del rey mexica se llamaba “Juan”. Por esta razón los antiguos pobladores de esta región unieron las primeras letras del nombre de Teodora (TE), y las últimas del de Juan (CUAN), y desde entonces todo mundo las conoce como la piedra del “Tecuan”.

Durante siglos las estatuas estuvieron ahí, en el cerro, como mudo testimonio de la rebeldía de dos jóvenes que no aceptaron los caprichos de sus padres y prefirieron huir, quedando convertidos en piedras víctimas de una maldición, pero cuyos espíritus quedaron libres y nos dejaron una lección de coraje y su recuerdo perdurable a través de las rocas, que fueron testigos de su tragedia.


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